¿Pensabas que los lamentos en relación a la improductividad y la distracción eran únicamente cosa de estos tiempos?
Te parezca real o no, al menos se remontan a la época medieval. A lo largo del tiempo fueron propuestas distintas soluciones, y el “Isolator” es una de ellas. Esta máquina portátil de aspecto tan característico apareció por primera vez en la portada de la revista “Science and Invention” en julio de 1925. Su inventor fue el diseñador Hugo Gernsback (pionero de la ciencia ficción). Él menciona que, tal vez, lo más difícil que debe afrontar un ser humano es el pensamiento largo y concentrado.
¿Vieron que algunas personas para concentrarse necesitan de una habitación casi insonora? ¿Y vieron que, por más que demos con un espacio silencioso siempre conseguimos que algo nos distraiga? Incluso estando libres de estímulos externos, lejos del ruido de la calle o del timbre, la mente se desvía y encuentra sus propias distracciones: el comportamiento de una mosca, las paredes de la habitación, hechos pasados que vuelven en forma de recuerdo.
Gernsback propuso este instrumento: un casco grande, forrado con corcho y cubierto de fieltro con un deflector para respirar y orificios de vidrio bien pequeños para poder ver lo justo y necesario. Para evitar la somnolencia y animar al sujeto, introdujo un pequeño tanque de oxígeno junto al casco.
No podemos negar que este invento es digno de una película de ciencia ficción, pero en 1925 (cuando se publicó), representó un esfuerzo genuino para poder aliviar, a través de la tecnología, una conducta preocupante y desesperante como es el hecho de no poder mantener la atención necesaria a la hora de enfrentar las tareas.
Fuente: https://www.openculture.com/2021/05/the-isolator-a-1925-helmet-designed-to-eliminate-distractions.html
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