¿Alguna vez escuchaste que le dijeron esto a alguien? O, lo que es peor… ¿alguna vez te la dijeron a vos directamente?
Aunque la frase se utilice generalmente para referirse a personas inmaduras e incapaces de valerse por sí mismas, a una edad en la que ya deberían hacerlo, seguramente el origen está vinculado a la creencia popular según la cuál hacer un huevo frito es muy fácil. De lo anterior se desprende que quien no logra hacerlo es considerado un inútil para las artes culinarias.
Por eso, si sos una de esas personas que sufrió el impacto de esta frase, no te aflijas, pues la verdad es que no es taaaan sencillo hacer un huevo frito como se cree. ¿O acaso nunca te pasaron algunas de las situaciones que te comento a continuación?
- Se rompió la yema al volcar el huevo en la sartén y terminaste comiendo un huevo frito revuelto.
- Todo iba de maravillas hasta que al intentar sacar el huevo se rompió la yema y ese huevo frito, claro está, ya perdió toda su gracia.
- La base del huevo se chamuscó de más y terminaste comiendo un huevo quemado. (Ojo, a mi un poquito la clara chamuscada me gusta)
O bien (y para mí, la peor opción) :
- Te sentaste a disfrutar de este plato y al intentar mojar en la yema un pedazo de pan o una papa frita te diste cuenta que estabas comiendo un huevo duro. ¡Qué desilusión!
Si sos como yo, un fanático del huevo frito, te voy a pasar algunos tips que a mí me sirvieron para poder disfrutar de una de las comidas mas ricas y más rápidas de preparar.
- Uso una sartén con antiadherente.
- Coloco sólo un chorrito de aceite para comerlo sin culpa (si vos preferís podés cubrir la base de la sartén, lo dejo a tu criterio).
- Caliento bien el aceite.
- Parto el huevo en una compotera, tacita, platito, o lo que tenga a mano. Lo importante es asegurarme de que no se rompa la yema al volcarla en el aceite. Si sucede esto cuando lo parto en otro recipiente, puedo utilizar ese huevo el alguna otra preparación.
- Bajo un poco el fuego antes de volcar el huevo en el aceite y luego lo cocino por aproximadamente 1 minuto. Con una espátula voy separando de a poquito el huevo de la sartén, teniendo especial cuidado con la yema.
- Cuando veo que la clara ya está toda blanca y no quedan restos transparentes, es hora de sacarlo.
- Como a mi me gusta que la yema no quede amarilla por arriba, si lo hice con aceite, le tiro por encima justo antes de sacarlo un poco de aceite caliente. Si lo preparé en la forma más sana, coloco una tapa por encima de la sartén durante su cocción.
- Para sacarlo siempre utilizo una espumadera lo mas chatita posible, y levanto el huevo por la yema como para que quede centrada en la espumadera, si lo hicera por la clara seguramente el peso de la yema haría que se rompa y eche todo el trabajo a perder, mejor dicho… ¡todo el huevo a perder!
- Salo el huevo en el plato.
Si habías desistido de disfrutar de esta delicia en tu casa y sólo lo hacías comiendo afuera, te invito a que vuelvas a intentarlo y nos cuentes como te fue.
Suerte y ¡buen provecho!