Frente a este evento, el entramado social se sacude más que nunca y nos obliga a repensar nuestras dinámicas cotidianas en lo que respecta a estar y hacer con otros.
Hacia adentro de las empresas, el desafío es seguir siendo productivos en estos nuevos formatos de trabajo que algunos apenas conocen y que, actualmente, dejan de ser optativos.
Hablamos de trabajar remotamente.
Este modelo puede volverse simple, efectivo y hasta placentero, si logramos la voluntad colectiva de tejer lazos inteligentes y de confianza cuando la situación no admite la presencialidad.
Algunos tips que pueden ayudarte en el caso de liderar un equipo repensándose a la luz de las circunstancias:
- Creá alianzas con personas validadas por su liderazgo informal, su conocimiento, su honestidad y su inteligencia emocional. En la red, tienen peso y pueden ayudarte a tender y fortalecer puentes para consolidar equipos interfuncionales sin caminar por los pasillos de tu edificio.
- Instalá la práctica de compartir periódicamente aciertos y errores. En lo remoto las oportunidades de intercambio informal son menores, pensá que generalmente aprendíamos mucho de una charla en la zona de la máquina de café.
- Reconocé a alguien por sus logros oportunamente y frente a los demás. Hacerlo enseña a todos que estás agradecido por el esfuerzo, y comunica cuáles son los estándares de gestión esperados para que funcionen como sostén en una situación crítica.
- Propiciá que se den ratitos de distensión para desengancharse por un rato del tema “COVID-19″. Por ejemplo, cuando organices una reunión, invitá a los que participan a romper el hielo contando algo positivo que haya pasado en el día (5” máximo por persona).
- Evitá dar espacio a las personas que se sienten autorizados a quejarse todo el tiempo y abrumar contando sus problemas. El “egocéntrico dramático” es un dementor disfrazado: te chupa la energía y distrae la atención de lo importante. Una receta para neutralizarlo es ser rígido con las agendas del encuentro, expresando claramente el tiempo del que se dispone. Si perdemos el foco, se pierde la distancia operativa. Ahora, si hay algo que no nos hace falta es tener dementores.
- No permitas que se emitan juicios infundados acerca del trabajo de otro, desafiá los mismos de inmediato, y aclará que juzgar sin fundamento solo intoxica el ambiente en una situación que, ya de por sí, es tensa.
- Buscá instalar rutinas de encuentro sin que sean vividas persecutoriamente. Explicá que reunirse en determinados momentos del día permite concentrar esfuerzos, recalcular y compartir algún chisme de proyecto.
- Dejá en claro que no vale estar peleado con el otro si eso les impide hablar de trabajo efectivamente. Contales que esta es una condición no negociable, siendo todos adultos y profesionales trabajando en una situación crítica.
- El contexto actual no admite compartir el liderazgo como en otros momentos. Se espera de vos empatía, contención, claridad y mucha asertividad.
Comprometerse entre todos para fortalecer el equipo en términos de confianza nos ayuda a ser más exitosos, y a sentirnos menos vulnerables y solos.
POR VERÓNICA PAGÉS
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